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En el vasto universo de la sostenibilidad, las personas se dividen en cinco tipos según su nivel de compromiso con el medio ambiente. Desde los entusiastas ambientales hasta los indiferentes, cada uno tiene su propia forma de interactuar con el planeta. Aquí exploramos estos tipos.

1. El Entusiasta Ambiental

El Entusiasta Ambiental es ese amigo que te hace sentir culpable por usar una botella de plástico. Son los guerreros ecológicos que dedican sus vidas a salvar el planeta, y lo hacen con una pasión casi contagiosa. Si no están plantando árboles, están organizando campañas de limpieza de playas o protestando contra el cambio climático. Si un Entusiasta Ambiental se encuentra con un papel en el suelo, no solo lo recoge, sino que probablemente también te dará una charla sobre reciclaje y las consecuencias del plástico en los océanos.

Ejemplo: Greta Thunberg. La joven activista sueca se ha convertido en el rostro del movimiento climático global. Su determinación y compromiso inspiran a millones, aunque también puede hacer que los demás se sientan un poco vagos en comparación.

 2. El Práctico Verde

El Práctico Verde es el maestro del equilibrio entre la vida moderna y la sostenibilidad. Integra prácticas ecológicas en su rutina diaria sin hacer mucho alboroto. Usa bolsas reutilizables, tiene un compostador en el jardín y siempre elige productos locales y orgánicos. Para el Práctico Verde, una cena romántica incluye una charla sobre la eficiencia energética de los electrodomésticos y un recorrido por su huerto urbano.

Ejemplo: Leonardo DiCaprio. Además de ser un actor galardonado, DiCaprio es conocido por su dedicación a causas ambientales. Ha producido documentales sobre el cambio climático y financia proyectos de conservación.

3. El Curioso Ecológico

El Curioso Ecológico es el eterno aprendiz de la sostenibilidad. Están interesados en el medio ambiente y siempre buscan aprender más, pero aún están en el proceso de implementar cambios significativos en sus vidas. Les encanta asistir a charlas y leer libros sobre el tema. Un Curioso Ecológico puede preguntarte cosas como, “¿Sabías que el bambú crece 35 pulgadas por día?”, mientras sostienen una bolsa de supermercado de plástico sin darse cuenta.

Ejemplo: Emma Watson. La actriz no solo es conocida por su papel en Harry Potter, sino también por su interés en la moda sostenible y el activismo ambiental. Watson a menudo participa en iniciativas ecológicas y promueve la sostenibilidad en sus redes sociales.

4. El verdecito claro

El verde claro apoya la sostenibilidad, pero con moderación. Recicla y apaga las luces cuando sale de una habitación, pero no se siente culpable por tomar un vuelo ocasional o comprar ropa nueva. Su filosofía es “un poco de todo, pero sin exagerar”. El verde claro es el tipo de persona que diría, “Hoy caminé en lugar de conducir al trabajo, así que esta noche voy a disfrutar de una ducha larga y caliente para compensar.”

Ejemplo: Chris Hemsworth. Aunque es conocido por su estilo de vida saludable y amor por la naturaleza, no siempre vive de manera estrictamente sostenible. Aun así, apoya numerosas causas ambientales y usa su plataforma para promover la conservación.

5. El Indiferente

El Indiferente simplemente no está interesado en la sostenibilidad. No es que sea malo, simplemente tiene otras prioridades. Para el indiferente, el cambio climático es algo de lo que escuchan en las noticias, pero no algo que influya en sus decisiones diarias.  El Indiferente podría decir algo como, “El reciclaje es una gran idea… para aquellos que tienen tiempo para separar la basura y suficientes bolsas.”

Ejemplo: Donald Trump. Durante su presidencia, Trump mostró un claro desinterés por las políticas ambientales, priorizando el crecimiento económico sobre la conservación del medio ambiente.

Conclusión:

Cada tipo de persona contribuye de alguna manera a la conversación sobre sostenibilidad, aunque sea desde perspectivas muy diferentes. Desde los entusiastas ambientales hasta los indiferentes, todos tenemos un papel en la protección de nuestro planeta. Aunque no vendría mal que nos fueramos entusiasmando cada vez más