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¡Mr. Efficient!

Imaginen que usted ha sido el empleado del mes durante 18 meses seguidos en su empresa. Esto no solo se debe a que usted es el único empleado, también se debe a su eficiencia preparando churros y panqueques en el pequeño negocio que su jefe tiene en el centro de la ciudad. Mientras usted es el amo y señor de la cocina, su jefe prepara el café y cobra a los clientes que se acercan al mostrador. La cosa marcha bien. Tan bien que los pedidos (sobre todo para llevar), han ido aumentando drásticamente, y su jefe concluye que es hora de contratar a otro empleado. Esta noticia le produce a usted sentimientos encontrados. Por un lado le alegra tener ayuda y, por otro lado, le asusta tener competencia para seguir su ininterrumpida carrera de victorias en el ranking de El empleado del mes.

El día esperado y temido llega. Una mañana, al llegar usted a su trabajo, descubre a su jefe dando instrucciones a su nuevo compañero. El recién llegado se presenta: Mr. Efficient. Su nombre le causa a usted cierto desasosiego. En los siguientes días, Mr. Efficient prueba ser muy eficiente. Empaca mucho más rápido los pedidos y, como si fuera poco, quedan mucho mejor presentados. Las circunferencias de sus panqueques son perfectas y, para colmo de males, cuando le encargan la tarea de preparar algunos churros, los entrega impecables. Mr. Efficient es una pesadilla para usted. Al parecer todo lo hace mejor.

En algún momento, un sonido penetrante le produce una incomodidad difícil de ubicar. Un par de minutos pasan (¿O fueron unas decenas?) y usted se hace consciente de que la molestia no es otra que su despertador. Efectivamente estaba soñando. Pero no era un sueño cualquiera. Era una pesadilla, que tenía un protagonista despreciable: Mr. Efficient. Usted se siente muy feliz de pensar que Mr. Efficient no existe y que usted sigue siendo el indiscutido eterno empleado del mes.

En las actividades diarias cada uno de nosotros puede sentirse como «el empleado del mes». Sobre todo si somos lo suficientemente eficientes al realizarlas como para considerarnos unos expertos.

Un gran truco de los innovadores es imaginar que existe un Mr. Efficient, que logra hacer lo mismos que hacemos nosotros pero en menos tiempo, o con mejor estilo, o mayor impacto, o…

Imaginar a este personaje nos ayuda a ponernos metas de mejora y nos obliga a pensar otras formas de hacer lo que hacemos.

El formato que incluyo aquí, sirve para hacer evidente esta competencia imaginaria y poner en marcha nuestro cerebro innovador. Se trata de una herramienta sencilla y poderosa para hacer evidente que siempre estamos compitiendo con alguien, incluso cuando ese alguien es un Mr. Efficient imaginario.

 

FORMA DE USO

Imagine a un Mr. Efficient que hace lo mismo que usted hace pero logra mejores resultados. Piense cuáles pueden ser esos resultados y escríbalos en cada uno de los círculos del formato. Defina el periodo y la forma como se medirán esos resultados. Al finalizar dicho periodo verifique si usted pudo vencer a Mr. Efficient. En caso positivo, marque la casilla de ¿Ganamos?

 

 

 

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