¡Engáñelos! Hágales creer que se trata de proyectos tradicionales.
¡Involúcrelos! El viejo truco de: «Esta es una idea que usted mismo nos había dado hace un tiempo».
Use la envidia. Incluya frases como: «Los competidores ya están trabajando en un nuevo sistema para…».
Sugiera que la cultura de innovación puede mejorar todo. Deslice frases como: «Ese tema avanza un poco lento porque como aún los colaboradores son muy temerosos de las cosas nuevas» o «Mientras logramos entrenar a la gente en temas de innovación, vamos a tener que usar ideas más convencionales».
Haga llegar a sus buzones algún artículo (hay miles) donde se menciona el posicionamiento de otras empresas como «líderes innovadores».
Utilice datos. Aproveche las investigaciones que muestran la relación entre la cultura de innovación y la eficiencia innovadora de una empresa.
Muestre algún logro: «el único proyecto de innovación que hicimos el año pasado nos permitió resolver el tema de..».
Súbales el ego. Use frases del estilo: «…gracias a su apoyo al tema de innovación, el equipo está deseoso de probar nuevos caminos.».
Consiga que les inviten a participar como ponentes en algún seminario sobre innovación, en el que tendrán que mostrar los resultados que la organización ha conseguido en el tema.
Ponga en evidencia la alineación con los problemas actuales. Muestre que las soluciones tradicionales no han funcionado y que es necesario usar creatividad.
Deje claro que el riesgo no es tan grande como lo imaginan. Incluso en el peor escenario, es decir, si aquello que se desarrolla no logra el objetivo previsto, el equipo estará en una situación ventajosa de conocimiento técnico y de mercado para desarrollar algo más que puede tener un gran impacto positivo.
Consiga recursos externos. Muéstreles la manera de acceder a incentivos públicos para la innovación. Esto les va a encantar.