No había nada que nos detuviera, cualquier obstáculo lo vencíamos, si algún juguete se nos rompía, encontrábamos como arreglarlo, siempre que queríamos algo, hacíamos lo que fuera para conseguirlo. Cuando nos gustaba algún juego, podíamos pasar horas y horas en él, hasta perdíamos la noción del tiempo, jugando con amigos, vecinos, familiares; nos quedábamos absortos en esa actividad. Éramos persistentes, pero también éramos creativos.
Cada cosa que pasaba, cada simple evento, se convertía en un reto por solucionar, en una oportunidad para echar a andar nuestra imaginación, nuestra creatividad superaba cualquier desafío. Muchos estudios aseguran que la creatividad es innata en los seres humanos. El término se deriva del latín creare y significa crear, hacer algo nuevo. Las personas creamos cosas, somos capaces de volver realidad los sueños, creamos todo el tiempo cuando somos niños, y esa capacidad todos la seguimos teniendo, aunque en la mayoría de los casos, dormida.