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¿Recuerdan cuando eramos pequeños?

No había nada que nos detuviera, cualquier obstáculo lo vencíamos, si algún juguete se nos rompía, encontrábamos como arreglarlo, siempre que queríamos algo, hacíamos lo que fuera para conseguirlo. Cuando nos gustaba algún juego, podíamos pasar horas y horas en él, hasta perdíamos la noción del tiempo, jugando con amigos, vecinos, familiares; nos quedábamos absortos en esa actividad. Éramos persistentes, pero también éramos creativos.

Cada cosa que pasaba, cada simple evento, se convertía en un reto por solucionar, en una oportunidad para echar a andar nuestra imaginación, nuestra creatividad superaba cualquier desafío. Muchos estudios aseguran que la creatividad es innata en los seres humanos. El término se deriva del latín creare y significa crear, hacer algo nuevo. Las personas creamos cosas, somos capaces de volver realidad los sueños, creamos todo el tiempo cuando somos niños, y esa capacidad todos la seguimos teniendo, aunque en la mayoría de los casos, dormida.

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La Dra. Tina Seelig, del Stanford Technology Ventures Program, el centro de emprendimiento de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Stanford, en su libro InGenius nos dice que la creatividad es un recurso renovable interminable, y podemos aprovecharlo en cualquier momento. Y precisamente nos dice que como niños, recurrimos naturalmente a nuestra imaginación y curiosidad en un intento para encontrar sentido al complicado mundo que nos rodea, tenemos todo, competencias creativas y confianza; imaginamos cosas, ideas, planes, juegos, hasta amigos imaginarios.

Conforme vamos madurando y convirtiéndonos en adultos, se espera que trabajemos duro, seamos serios y productivos. Los elefantes, ya no pueden ser rojos, todos nos han corregido y ahora “deben” ser grises. Tenemos que bajar la cortina a nuestra curiosidad y creatividad naturales mientras nos esforzamos por dar los resultados que se esperan de nosotros y buscamos ser aceptados en nuestros círculos sociales, tenemos que volvernos responsables y enfrentar las situaciones de la vida diaria. Debemos aceptar las normas escritas y no escritas de nuestra cultura y sociedad. Con ello, las nuevas ideas para solucionar problemas se desvanecen. 

Pero entonces…

¿Es factible pensar que si ya en una temporada de nuestra vida fuimos tremendamente creativos, podemos volver a serlos? ¿Cómo logramos volver a ser niños?

Volver en el tiempo no es posible (todavía), sin embargo, apoyándonos en las experiencias de la Dra. Seelig, podemos afirmar que es posible redescrubrir la creatividad de cuando éramos pequeños. 

¿Qué pasaría si volvemos a ser niños de nuevo, si podemos sacar del closet nuestra creatividad e imaginación guardada por años? Quizá esté un poco empolvada, entonces tendremos que sacudirla y volverla a echar andar.

La buena noticia es que nuestro cerebro es flexible; tal como lo leen, el cerebro puede volver a trazar caminos de nuevas ideas, creencias, hábitos, etc., a esto se le llama neuroplasticidad, así nuestro cerebro tiene la capacidad de cambiar y reorganizarse con respecto a las funciones que ejecuta.

Según una publicación en el blog de la startup peruana Crehana (https://www.crehana.com/mx/blog/negocios/que-es-neuroplasticidad/):

“La estructura cerebral se expande más rápido y las neuronas crean conexiones con mayor facilidad cuando se está aún en la niñez, al crecer la plasticidad del cerebro se debilita pero no desaparece del todo”.

La Dra. Shelley Carson, investigadora y profesora de la Harvard Medical School y autora del libro “Tu Cerebro Creativo”, nos cuenta algunos secretos de la creatividad: las personas creativas rompen los patrones rígidos de su cerebro; los individuos creativos son tanto deliberados como espontáneos en su creatividad; la gente creativa alterna actitudes mentales deliberadas, con otras más espontáneas y ello les permite fluir creativamente en armonía.

Por lo cual, así como nuestro cerebro puede aprender nuevas cosas, también puede desarrollar nuestra creatividad aunque tengamos 90 años. Para ello te compartimos una excelente herramienta que te puede ayudar a esto.

En el descargable que acompaña esta publicación, podrás encontrar cuatro hábitos que te ayudan a desarrollar tu creatividad y una serie de preguntas de auto diagnóstico para saber qué tan dormido está tu “yo creativo”.

Descarga la guía diágnostico:


Víctor Reyes

Wake Up Brain Academy México

victor@wakeupbrain.com

Paola González Obregón

Wake Up Brain Academy México